Nicolás Stein
Universidad del Cine - Argentina
Fecha de recepeción: 19/06/2025
Fecha de publicación: 31/08/2025
Si las películas de Luc Moullet permanecen ocultas, este trabajo de recolección y entrelazado pretende que no ocurra lo mismo con su escritura, que adquiere valor histórico cuando hace patente la modificación que la modernidad cinematográfica imprimió en la crítica (y viceversa). Si sus películas se mantienen secretas, breves tesoros para especialistas e iniciados, sus textos publicados corrieron mejor suerte y lograron un lugar más sólido en la historia del cine francés, escapando ese secretismo a fuerza de un estilo personalísimo que Moullet despliega, entre polemista y comediante. Su fórmula clásica, de los travelings y la moral, arrebatada e invertida por Godard, no solamente condensa una ética cahierista del movimiento de cámara, también sintetiza el estilo particular de Moullet, que es cahierista hasta el paroxismo. Un traveling determina la moral. Cuando los asuntos personales digitan y son digitados por las estrategias de puesta en escena, no debería extrañarnos el amplio grado de participación que Moullet otorga a su Yo en el análisis de una filmografía, un festival o el horóscopo. Del mismo modo que explica la génesis de Sin Aliento (Godard tomándose a sí mismo por tema del film) o como Pasolini quiso explicar la subjetiva indirecta libre (donde la expresión personal del autor constituye la poesía de un estilo), la obra reunida del crítico hace las veces de autobiografía parcial, donde el paso de los años aparece no solamente a través de los saltos epocales entre textos, sino también en los comentarios que los acompañan. A través de irónicos pasajes sobre la arbitrariedad de los festivales y la persistencia de los autores, sus nombres y sus idiosincrasias, como única constante de validación, Moullet filtra comentarios personales, filosóficos y políticos entre sus críticas de películas. Se toma a sí mismo por tema subterráneo de la crítica y así permite ver en los autores analizados aspectos que un acercamiento más académico, refractario a las almas y las arbitrariedades, no alcanzaría a diagramar.
Portada de Notas selectas (Moullet, 2025)
El desenfado de Moullet con los pruritos de cualquier sistema de pensamiento que no haya nacido en la distancia que separaba los cineclubes de la oficina de Cahiers le permite delirar una organización de los directores según el zodíaco o afirmar la universalidad de Mizoguchi o Fuller en virtud de intereses e intuiciones que exceden los límites de lo cinematográfico. Como su universo formativo, su hábitat, es la cinefilia, como no hay nada en Moullet que no sea “de cine”, puede viajar, desde ese territorio, a todas las partes del mundo. El cine es tanto un desenlace como un destino, tanto una plataforma como una identidad. En el salto entre las épocas de cada texto, organizados no lineal sino temáticamente, esa identidad se vislumbra y, con ella, con la exhumación de una mirada que nace en el centro del quiebre epistémico de la modernidad cinematográfica, es posible fabricar una composición nueva para las viejas historias del cine, al mismo tiempo marginal, esotérica y exclusiva, selecta.
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