Este trabajo enfoca la mirada en tres películas recientes Centroamericanas, obras que comparten muchos aspectos entre sí y que nacen de la necesidad de un cine de memoria en la región. Tres mujeres cineastas se dan a la tarea de contar en primera persona el trauma de su generación, compartiendo sus microhistorias que se insertan en el relato de la gran historia. Los ofendidos de Marcela Zamora Chamorro (2016) por El Salvador, Heredera del viento de Gloria Carrión Fonseca (2017) por Nicaragua y La asfixia (2018) de Ana Bustamante por Guatemala.
Señalaré las implicaciones de la creación de tales obras en el contexto social y político que rodean su realización, sus estrenos y distribución local y las repercusiones generadas en sus países. Apoyado en entrevistas realizadas a las directoras con motivo de este trabajo, para dialogar de la historia de sus países, la necesidad de un cine político de transformación social, de un cine de memoria, de sus motivaciones, el rol ético del documentalista y de las herencias de las militancias. Siempre teniendo un ojo puesto sobre las políticas de los Estados involucrados que generan estas narrativas disidentes.
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