En las siguientes páginas estudiaremos la manera en la que A sangre fría (1947) de Daniel Tinayre cimenta los orígenes del cine negro argentino, como el resultado de un proceso de incorporación paulatina de elementos noir al contexto argentino. Exploramos, inicialmente, la producción cinematográfica comprendida entre 1941 a 1945 a los fines de evidenciar la forma en que el cine argentino –de predilección melodramática– incorporó y reinterpretó las matrices del noir estadounidense y del realismo poético francés en relación con tradiciones locales. Se pone de relieve el trabajo de Saslavsky, Tinayre, Chenal y el de técnicos como John Alton, en la elaboración de una estética y una narrativa noir propia caracterizada por el fatalismo, ambigüedad moral y expresionismo en la puesta en escena. Finalmente, argumentamos que el cine negro argentino se caracteriza por ser un discurso híbrido producto de las tensiones entre el cosmopolitismo de los agentes implicados, los cuestionamientos hacie el interior de la industria cultural y la construcción de la identidad nacional según la crítica cinematográfica.
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